Mas allá de ser el personaje del cual tanto
nos encariñamos, ya sea por su forma de actuar, ajusticiar a sus objetivos o
por su trágico final. Es por la forma tan peculiar en que definió y defendió su
personalidad a temprana edad.
Kovacs desde muy chico se preocupaba por
los demás, protegiendo a su Madre de aquel hombre que buscaba de sus placeres
carnales, sin comprender que su Mama se prostituía lo cual le dejo un doble
sabor de mal gusto ya que esta última lo abofeteo por haberla hecho perder
dinero.
Es por ello que Walter Kovacs se hunde en
la más oscura profundidad que desprenden las manchas de su máscara como
Rorschach y así alejar esa misantropía que tanto le aterra. Kovacs es capaz de sacar lo peor de él para de
tal forma canalizarlo y moldear con sus manos aquello tan desfigurado llamado
“justicia”.
Walter sabe que el final está cerca, lo
dice su cartel. Walter Kovacs te protege, aunque como un indigente la atención
hacia él es nula. Walter no es Rorschach
y viceversa. No podrían serlo. Sin embargo son inseparables, no puede huir uno
del otro. Él sabe que Rorschach es peligroso pero ambos buscan lo mismo.
Rorschach tiene métodos poco ortodoxos e
igual que el Test nadie sería capaz de ver la imagen igual que él. Rorschach
hurga en podredumbre y lo plasma en su diario, actúa en solitario y no depende
de nadie.
Tanto Walter como Rorschach sabe que morirán
buscando lo que muchos callan o simplemente prefieren ignorar… ¿Verdad?
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